martes, 19 de octubre de 2010

Y fue haci GENESIS

"Que triste es despertar de akel sueño bonito ke acompaño tu niñez, donde cada rostro q se veia al cruzar la puerta era confianza, seguridad, y fidelidad.Pero ver en realidad como caen las mascaras de las personas k decian quererte y te dierón puñales por al espalda, de akella familia hecha, recibir bofetadas de habladurias que solo te amargan, envenenan y consumen tu alma, y la lanzan a los brazos del tentador que se muestra de hermozura, rian ahora, canten si pueden, sirvanse de banquetes de chismerias, disfruten su hazaña. Pastor que desmantela cada oveja y la pierde en el camino, como poder confiar en aquel ke cuidadosamente puso a su cuidado,  de tales.... IGLESIA se llama asi...solo DIos sabe k habito en mi..."

miércoles, 29 de septiembre de 2010

¿Que son las lágrimas de Isha?

¿Que son las lágrimas de Isha?
Una de las leyendas más antiguas de los reinos Élficos es la historia de las Lágrimas de Isha. Se dice que al principio de los tiempos, cuando los primeros Elfos nacieron de Isha, la Madre Tierra, y Kurnous, el Señor de las Bestias, Asuryan, el Señor de los Dioses Élficos, los juzgó. Decretó que los Elfos tendrían vidas prodigiosamente largas, pero terminarían cansándose de la vida y morirían. “De lo contrario”, dijo Asuyran sabiamente, “podrían empezar a desear los tronos de los propios dioses”. Pero la diosa Isha, que amaba a sus hijos por encima de todas las cosas, lloró amargamente por su destino. Vaul el Artesano, el dios Élfico de los herreros, sintió pena de Isha y sus hijos, y tomando sus lágrimas las llevó a su forja, donde las convirtió en brillantes joyas. Después, gracias a la bendición de Lileath, la diosa de la magia, transformó dichas joyas de forma que Isha pudiera ver y
comunicarse con sus hijos cuando las miraran.
El poder de la diosa Isha queda reflejado en las Lágrimas. Algunas de ellas pueden utilizarse para curar, mientras que otras pueden utilizarse para lanzar poderosos hechizos que confieren a sus portadores gran sabiduría y conocimientos. Las leyendas élficas cuentan que existían doce de estas joyas, llamadas Quyl-Isha o las Lágrimas de Isha, aunque algunos dicen que sólo había siete. Otros dicen que son veinticuatro.
Se rumorea que una de las Lágrimas es guardada por los Maestros de la Espada en la Torre de Hoeth. Se dice que allí el Gran Señor del Conocimiento la utiliza para comunicarse con la diosa. Se cree que una de ellas está escondida en el valle de Gaen, vigilada por los oráculos de la Reina Eterna. También se cree que los Elfos Silvanos de Loren guardan una de las Lágrimas, que está escondida en el interior del Roble Eterno, y dos de las joyas están en posesión de la Casa Coraith, incrustadas en las espadas rúnicas forjadas por Vaul. Otras Lágrimas de Isha tienen poderes curativos y de protección, pero estas dos fueron marcadas por el poder. Quienquiera que
las empuñe inspirará lealtad en todos los que le rodean. Estas espadas fueron utilizadas en guerras olvidadas cuando los mismos dioses lucharon entre sí. Estos guerreros lucharon junto con los dioses y realizaron grandes hazañas gracias a las Lágrimas de Isha.
Las espadas que utilizaron los Altos Elfos en la campaña para recobrar las Tierras Sombrías fueron forjadas para dos guerreros Élficos que fueron los paladines de Isha en épocas remotas. Los dos Elfos recibieron los nombres de Asurcain y Caradan en las leyendas élficas, y los señores de la Casa Coraith son los descendientes de estos poderosos héroes. Sus herederos siempre han llevado las espadas decoradas con las Lágrimas de Isha como símbolo de su linaje y su herencia.
Se dice que las espadas quemarán la mano de cualquiera que las empuñe y no sea descendiente de Asurcain y Caradan, y que en las manos del auténtico heredero de la Casa Coraith las espadas son las armas más letales del mundo, exceptuando la espada de Khaela-Mensha- Khaine.
Las Lágrimas de Isha tienen una tremenda importancia espiritual para todos los Elfos, incluida la siniestra rama de Naggaroth, puesto que los Elfos Oscuros buscan el modo de comunicarse con Khaine, el Dios de la Mano Ensangrentada, y sienten celos de los Altos Elfos, ya que ellos no poseen ninguna de estas joyas. Los vasallos del Rey Brujo han intentado capturar alguna una y otra vez, pero los Altos Elfos siempre han logrado salvar sus tesoros. Si el Rey Brujo lograra poseer todas las Lágrimas, sería por fin lo bastante poderoso para convertirse en el amo del mundo.
Por eso las Lágrimas se mantienen ocultas en lugares secretos, a salvo de las negras garras del Rey Brujo. De todas estas piedras, sólo las dos que posee la Casa Coraith no se hallan escondidas. Estas espadas, que reciben los nombres de Elthraician, o “La que augura el destino”, y Cynatcian o “La que augura la muerte”, llevan cada una incrustada una Lágrima de Isha. Y no importa cuánto las deseen los Elfos Oscuros, ya que nunca podrán empuñarlas. Sólo el auténtico heredero de la Casa Coraith puede hacerlo.

domingo, 29 de agosto de 2010

PERSONAJES DE LA MUERTE

LAMA - YAMA
En el marco del hinduismo, Iama es el señor de la muerte.
En escritura devánagari se escribe यम (iáma). En inglés se escribe Yama pero se pronuncia /iama/).
Iama en los Vedás: 
Aparece por primera vez en los Vedás. Iama pertenece a una etapa muy temprana de la mitología védica. Se considera el primer ser mortal. Había nacido de Vivasvat (el dios del Sol) y de su esposa Saranyū. Su hermano, el séptimo Manu, otra forma del primer hombre, es hijo de Vivasvat con su esposa Samjñā, quien era el reflejo o la sombra (chaya) de Saranyū. Al morir, debido a que fue el primero en llegar al Cielo, se le nombró líder de los muertos (todavía no los juzgaba).
Tiene dos perros guardianes de cuatro ojos, llamados Shabala (‘[pelaje] con manchas, con colores’).

Su hermana Iamī: 
El término sánscrito iama significa ‘mellizo’. En las creencias védicas, Iama tiene una hermana gemela, Iamī (‘melliza’), que fue la primera mujer. Iamau mithunau quiere decir ‘dos gemelos de distinto género’. El décimo mándala (capítulo, círculo) del Rig Vedá contiene un himno (10, 10, 14) en el que ambos se cantan uno al otro. Iama resistió los avances sexuales de su hermana (el primer incesto). Después de que él murió, ella lo lloró tanto que los devas —para hacerle olvidar su dolor— crearon la noche.
En los Vedás Iama es llamado “rey” (samgamano janānām: ‘el que reúne a la gente’) y dirige bondadosamente sobre los antepasados muertos (pitri), cuyo camino está custodiado —para evitar que entren los vivos— por dos perros manchados (de cuatro ojos y amplio hocico), vástagos de Śaramā y parecidos al can Cerbero griego de tres cabezas.
En la mitología posvédica, Iamī es conocida también como Iamunā (el larguísimo río Yamuna, paralelo al Ganges).


Iamarāja posvédico: 
En sánscrito, la palabra iama no sólo significa ‘mellizo’, sino también ‘prohibición’ y ‘restricción’ (como en el iama y el niiama del yoga). Así que gradualmente en la mitología puránica, Iama empieza a aparecer como Iámarash (el rey de la prohibición) y como Dhármarash (rey del deber) o Dharma (la personificación del dharma, ‘deber o religión’).
Es el castigador de los muertos, y es quien mide la balanza del karma (las actividades buenas y malas cometidas en cada encarnación). Vive en una región del inframundo llamada Iamapura (‘ciudad prohibida’).
Cuando un alma abandona su cuerpo, se encuentra con Iamarāja. El contador Chitragupta lee un informe acerca de todas las actividades de esa alma en particular, que están registradas en un libro llamado Agra Samdhānā (agra: ‘principio’, sam-dhānā: ‘reunión, poner todo junto’). Luego Iamarāja da su justa sentencia inapelable.
En el Mahā Bhārata se describe a Iama con ropajes color rojo sangre, cuerpo brillante, corona sobre la cabeza, ojos relampagueantes. Como Varuna (el anterior rey de la muerte védico) lleva en su mano un lazo (con el que ata al alma luego de arrancarla del cuerpo) del tamaño de un pulgar humano. También se lo representa con gesto severo, de piel verde, vestido de rojo, montado sobre un búfalo. Sostiene una maza de oro en una mano y el lazo de la muerte en el otro.
Su morada se llama Iamaloka (‘el planeta de Iama’) o Kshaia (‘desgaste, destrucción’).
En las mitologías más modernas (el Bhágavat Puraná, por ejemplo) se lo presenta siempre como una deidad terrible, que inflige torturas inimaginables (llamadas yātanā) a las almas en el infierno.
En la mitología griega el papel de Iámarash correspondería al de Plutón y Minos.
Iama en otras culturas: 
Iama podría ser uno de los dioses más antiguos del mundo, porque se han encontrado dioses parecidos de uno u otro tipo por toda Eurasia:
§  Yima en el zoroastrismo persa.
§  Yan-luo (traducción al chino del término sánscrito Iama Rāja (rey Iama).
§  Enma (Iama), Emma-O (rey Iama) o Enma Dai-Ō (閻魔大王, ‘gran rey Iama’), en la mitología japonesa.
§  Algunos[cita requerida] incluso creen que también comparte las mismas raíces mitológicas de Abel (el segundo hijo de Adán, asesinado por su hermano mayor Caín).
§  Iama es venerado en Tíbet como guardián del ejercicio espiritual, y fue probablemente venerado aun antes del siglo VII, cuando Tíbet se convirtió desde el bön al budismo.
§  Iamī es la diosa de la muerte y reina sobre las almas de las mujeres en el submundo (Naraka). Es la consorte de Iama, el señor del inframundo.
§  Ymir (de la mitología escandinava) que se considera cognado de Iama.

IZANAMI:
Izanami (イザナミ? también escrita como 伊弉冉尊 o 伊邪那美命, literalmente "la mujer que invita"), es la diosa de la creación y de la muerte en la mitología japonesa y en el sintoísmo, es una diosa primordial y mujer del dios Izanagi. Junto con él creó el mundo. Es conocida también como Izana-miIzanami-no-mikoto o Izanami-no-kami.
Los primeros dioses invocaron a dos seres divinos a existir, el varón Izanagi y la mujer Izanami, y éstos crearon la primera tierra. Para realizar esto, Izanagi e Izanami tenían una lanza decorada con joyas, llamada Ame-no-nuboko (lanza celestial). Con esto crearon sobre el mar una isla, y residieron en un palacio construido por ellos en esa isla. En el momento de su matrimonio, Izanami dio las gracias en primer lugar; pero Izanagi no sabía si esto era correcto. Después tuvieron dos hijos, HirukoAwashima, pero nacieron deformes y no fueron considerados dioses.
Pusieron a los niños en un bote en dirección al mar e hicieron una petición a los otros dioses acerca de qué hicieron mal. Ellos contestaron que la deidad masculina es la que debe dar las gracias en primer lugar durante el matrimonio. Así Izanagi e Izanami nuevamente hicieron el rito de matrimonio, esta vez Izanagi hablaría primero y se consumaría de manera correcta.
De su unión nació las ōyashima, las "ocho grandes islas" de Japón:
§  Iyo (actual Shikoku)
§  Ogi
§  Tsukusi (actual Kyushu)
§  Iki
§  Tsusima
§  Sado
§  Yamato (actual Honshu)
Ellos engendraron seis islas adicionales y muchos dioses. Izanami murió cuando engendró aKagutsuchi (encarnación de fuego). Fue enterrada en el Monte Hiba, en la frontera de las antiguas provincias de Izumo y Hoki. De la furia que tuvo Izanagi con la muerte de su esposa, que él mató al recién nacido y de éste se crearon docenas de deidades.
Decidió Izanagi hacer un viaje a Yomi ("la tierra oscura de la muerte"). Rápidamente encontró a Izanami, y le pidió que regresara con él, pero ella le dijo que era demasiado tarde, ya que había comido el alimento del inframundo y que ahora estaría en la tierra de los muertos, sin embargo trataría de convencer a los dirigentes del Yomi para que la dejaran irse y pidió a Izanagi que no entrase durante ese momento.
Izanagi esperó y esperó, pero al final se impacientó, así que encendió una mecha y se adentró en el Yomi para buscar a su esposa, quebrando de este modo una de las reglas de la tierra de los muertos. Izanagi buscó a su esposa y cuando la encontró se horrorizó al ver su cadáver putrefacto, esto provocando la ira de Izanami la cual mandó a los ejércitos del inframundo tras su marido. Éste consigue escapar, al salir de Yomi, cierra la entrada con una piedra y rompe el matrimonio con Izanami. Por ello Izanami le lanzaría una maldición diciendo que cada día mataría a mil humanos, él le respondió que de hacerlo, él haría nacer a mil quinientos.

SHINIGAMI
Un shinigami (死神 Dios de la muerte?) es una personificación de la muerte en la mitología japonesa.
Según la mitología, su función es velar y decidir quien muere y cómo, a veces hasta alimentándose de las almas humanas. Existe un gran misticismo alrededor de esta figura, ya que no se puede delimitar si es buena o mala, aunque -en las narraciones- muchas veces sus decisiones parecen cruentas y horribles. Pero a pesar de que las distintas religiones que les han dando un carácter demoníaco, su carácter es más neutral. Pertenecen a la casta baja de los dioses. Hay relatos que cuentan que estos dioses ayudaron a los humanos a cumplir ciertas tareas, y se dice que los shinigamis custodian la entrada a los dos Mundos en un plano que se podría denominar el Ethero.
El personaje occidental de La Muerte es un equivalente de los shinigamis.